sábado, 7 de julio de 2007

TEATRO
Hoy es el día. Estoy en una compañía de teatro desde hace pocos meses, y hoy sabré si tengo un papel en la próxima obra. Estoy ansiosa por saber si podré actuar o solo podré participar en la escenografía (no me puedo quejar, me lo pase muy bien la última vez, desarrollando la creatividad que en mayor o menor grado uno puede tener y con práctica elaborar). Siempre quise hacer teatro, no tengo mucha experiencia, porque solo hice en el instituto, pero tengo un buen recuerdo de todo el tiempo que estuvimos trabajando para que saliera bien. Es un gran trabajo fruto de la ilusión de muchos, para hacer pasar un buen rato a la gente y que desconecte de los problemas del día a día. El ocio es bueno para la salud, y ya que no he podido hasta el momento contribuir en esta sociedad de otra forma, quizás este sea un comienzo: divertir a la gente, que se emocione al vernos actuar.

Creando un paralelismo: muchos, en situaciones concretas, nos vemos obligados a actuar. La relaciones personales están llenas de actores, que fingen vivir una realidad que no existe. Yo lo tomo como un escudo, fingir para sobrevivir. Aunque no lo pongo casi nunca en práctica. Creo ante todo en la sinceridad, pero el negar o cubrir una evidencia, puede evitar el dolor sentimental que un comentario, o un hecho nos puede ocasionar a nosotros mismos o a los demás. No me gusta la mentira, pero la acepto cuando hay un motivo que sea realmente convincente y no dañe a nadie. Cada uno hace con su vida y cuenta de su vida lo que quiere. De hecho más bien acepto el "alterar un poco la realidad de uno mismo", más que mentir, pero solo en ocasiones en las que estas frente a alguien que no es de fiar. Siempre sin perjudicar a nadie con ello.

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