llave y corazón

La llave. Hay quién consigue la llave de ese corazón que esconde misterios que tanto ansías conocer. Piensas que la "tienes", pero con el tiempo te encuentras que solo era un espejismo, solo te la imaginaste y creías que la tenías. Hablo del pasado. Sensaciones que experimenté y que me llenaron en un breve intervalo de tiempo, pero que de pronto todo cambió. A veces quieres aprovechar el tiempo, dejarte llevar, porque la vida son dos días. Ahora “tengo” la llave de otro corazón, que es puro, transparente, y no esconde nada. Cuesta encontrar personas así, que son fieles, y no saben que es la traición. No solo me refiero al terreno amoroso, sino también al que concierne la amistad. Un corazón se cierra al vivir desengaños, al sufrir, pero no por ello debe cerrarse herméticamente. En el mundo hay muchas personas, muchas almas y corazones por conocer, cada uno somos distintos, cada uno tenemos una vida. Miro a mi alrededor y todas esas personas que andan por la calle, ya sea en el pueblo o en la ciudad, tienen una vida, un entorno, distinto o con paralelismos al mío. En la ciudad, siempre ves a la gente andar por la calle o en el metro con el rostro serio, tenso, y con prisas. Me he dado cuenta que en todos estos años a veces hago lo mismo. En el edificio donde he vivido los últimos dos años y medio nadie se conoce, como mucho con el vecino de al lado. Yo quiero pensar que estos corazones que parecen tristes y malhumorados por la calle, tienen un entrono que les hace sentir bien, con sus familias y amigos tienen un rostro tranquilo, sin tensiones.

Hay que tener la llave de nuestros corazones bien guardada, pero no escondida, porque puede que alguien que quiera conocernos no pueda alcanzarla, y dejemos escapar un buen corazón.

No hay que ser confiado, pero tampoco totalmente desconfiado.

Hay que abrirse a este mundo, porque esconde bellas cosas, y hay mucho que aprender de los demás.